Pues al volver de Machu Pichu, nos despedimos de Belén, (tras una sesión de masaje, que nos ayudó a quitarnos las agujetas de la subida a Wayna Pichu). Belén se dirige hacia el norte, y esta vez nos sentimos un poco más acongojados, ya que intuimos que será la última vez que coincidamos en nuestro viaje.
Igor comienza a trabajar en el proyecto social Aldea Yanapay (www.aldeayanapay.org).
Este proyecto lo hemos conocido gracias a Juan, a quien conocimos con su novia Marta en Nazca, y nos contó cómo estaba participando en el voluntariado que encajaba a la perfección con nuestros intereses. Y es que parece increíble, pero es dificilísimo encontrar desde España (O Irlanda) una asociación, u ong en la que colaborar, y que no te pidan dinero (MUCHO dinero) por ello . ¿No os parece algo tonto, pagar por ayudar?
Tampoco queríamos comprometernos por meses, como pedían algunas, ya que sin tener ningún tipo de referencias, ni saber cómo nos íbamos a sentir, nos daba un poco de reparo.
Y por último, en muchas pedían currículums específicos, o experiencia en voluntariado, mientras que en Yanapay pedían ganas, simplemente, y mucho amor para dar.
Así pues, la idea inicial era que Igor participase las dos semanas que me quedaban para acabar el curso, y después ya veríamos que hacíamos. Como siempre, “el plan es que no hay plan”.
Mientras yo, valientemente continuaba mi curso para poder enseñar inglés como lengua extranjera, rodeada de 15 yanquis, una irlandesa y un inglés, osease, la única no-angloparlante,… imaginaros el panorama, se me hacia raro pensar “y estos pensarán,…cómo va a enseñar Inglés,…una que no lo habla correctamente?”,… pero lo más sorprendente fue ver que llegado a la hora de la gramática era yo quién les daba mil vueltas a ellos.
He aquí algo para reflexionar.
Ellos me decían “claro, es que tú estudiaste inglés, y sabes los tipos de
palabras, partes de las frases, estructuras, etc,…para nosotros es algo natural, por eso nos cuesta”.Sin embargo, también sé diferenciar los adjetivos de sustantivos, reconocer objetos directo y circunstancial en castellano, aun siendo mi lengua materna.
Estoy convencida de que por mucho que critiquemos el sistema educativo español, en ciertos aspectos, el del “primer país del mundo” (ejem) deja mucho más que desear.
Lo mejor de mi curso, a parte del método de enseñanza que me enseñaron, (en el que sólo puedes utilizar el idioma inglés, por muy básico que sea el nivel de los alumnos, tienes que hablar lo mínimo posible y y los estudiantes el máximo, etc), fue haber conocido a Greg, un loco estadounidense que había vivido en Asturias y se empeñaba en hablarme en bable, y que yo le hablase en gallego. ¡Qué risas con el Gregory!
martes, 19 de octubre de 2010
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