Machu Pichu. Hay tanto dicho sobre esta "Montaña Vieja" (en quechua) que es difícil decir algo nuevo. Por una parte, tanto que nos habían hablado que teníamos la impresión que que iba a ser otro de esos lugares mega-turísticos que te dejan con un extraño sabor de boca, y que entre cámara y cámara hay que luchar por la foto en soledad delante del santuario.
A nosotros, por ejemplo, ya nos había pasado en Río de Janerio, en el Cristo Corcovado, o en Argentina con el Perito Moreno, que de tanto escuchar sobre ello las expectativas eran tan altas, que después de verlo pareció que,...sí, fue impresionante, pero parece más que disfrutar de las maravillas de la naturaleza (o de las construcciones de los seres humanos) estás dentro de un circo irreal para turistas.
Además, empezamos con muy mal pie nuestro excursión desde Cusco hasta Machu Pichu. Tantas agencias te ofrecen tantas formas diferentes de ir, que no sabes muy bien como hacer,y acabas un poco mareado de escucharlos a todos. También se puede hacer por tu propio pie, pero si solo tienes el finde libre, es un poco más complicado. Si alguno quereis saber sobre como se llega, no teneis mas que preguntarnos.
Desde Cusco a Machu Pichu no hay carretera. Bueno, justo estos dias el Congreso peruano acaba de aprobar la construcción de una carretera, algo que la gente de aquí nos ha hecho ver cómo repercutirá negativamente en el medio ambiente, y en el mismo sanctuario histórico, pero el tema es que hasta ahora, legalmente sólo se puede llegar en tren hasta el pueblo más cercano, Aguas calientes, y de ahí, andando o en buses especiales.
Nosotros fuimos en furgonetilla hasta Santa Teresa, 6 horas de tortuoso viaje por carreteras que dan a enormes precipicios, felizmente amenizadas por unos brasileiros que no se cansaban de decir chorradas (?será instintivo el hecho de que ante el peligro a la gente se le agudize el sentido del humor?).
De allí tomamos el tren a Aguas Calientes, donde dormimos (por decir algo) y a la "mañana" (por decir algo) siguiente, a las 3 am, nos levantamos y comenzamos la subida rompepiernas a Machu Pichu, para poder llegar de entre los primeros a Wayna Pichu, Montaña más alta a la que sólo permiten subir a 400 personas cada día.
En fin, que justo cuando le empezábamos a cojer tirria a todo eso, llegamos.
?Nuestras expectativas? Más que cubiertas
?Qué decir? Si es que nos quedamos sin palabras en cuanto nos lo encontramos.
Hay que vivir para verlo.
y disfrutar su magia:
sábado, 16 de octubre de 2010
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