jueves, 25 de noviembre de 2010

Todo tiene su final

Algunas cosas mas que hicimos durante nuestro tiempo en Cusco, fueron:


(ver fuegos artificiales, que aquí son castillos de cañas, bastante impresionantes)





Disfrutar Halloween


Spice girls





bailar salsa (con piso sour trial)


hippie party




¡De parrillada en el campo!


y celebrar cumpleaños, despedidas y demás,...
porque todo lo bueno tiene un final, como lo tiene nuestra estancia de 4 meses en Cusco, y nuestros 9 meses en Latinoamérica...ha sido un tiempo increible, con sus momentos buenos y malos, pero llegó la hora de movernos. Echaremos de menos a la gente, al hostal mágico, a nuestros niños, la cultura latina,la fiesta de Cusco y otras cosas, como el hecho de compartir un idioma.

De hecho, mientras escribimos esto, estamos en Nueva Zelanda, y ahora empezaremos otro blog, llamado y http://nuevafurgozelanda.blogspot.com, y en el que iremos narrando nuestras aventuras con nuestra furgoneta recien comprada (intento de autocaravana), sois bienvenidos si quereis seguirnos en esta aventura tambien, y asi seguir sintiendonos acompañados.

martes, 23 de noviembre de 2010

Cocina del Perú

Antes de acabar este blog, no queríamos despedirnos sin hacer una referencia explicita a la comida peruana, para daros algúna idea a los que penséis venir aquí, ya que Perú se está ganando una merecida fama por sus cocina tradicional.

A mi (Montse) me pasó hace poco una de esas cosas “que solo me pasan a mi”, y acabé escribiendo varias críticas culinarias para una guía turística peruana, y comiendo por la cara, gracias a mi jefa en el colegio.
Lo que pasó fue que un día, que me quedé trabajando hasta tarde, mi jefa me dijo “oye, tengo que hacer una critica para una revista, porque no te vienes conmigo y me ayudas a valorar, ya que yo a veces creo que no soy suficientemente crítica”. Y yo, como buena española me dejo llevar por la estupenda combinación de llenar el estómago y de tener algo gratis, no me lo pensé 2 veces.
Pero de camino al restaurante me “recontó” la historia, tan solo cambiando un poco la versión de los hechos: “En verdad quien va a escribir la crítica vas a ser tú, así que vamos a decirle que estas aquí investigando comida peruana, y que eres colaboradora habitual en nuestra revista”
Y a mí comenzó a subirme un sudor frió por la espalda, que no me abandonó hasta que dejamos el restaurante, sobretodo porque mi jefa me presentaba a los dueños del restaurante, y a la cocinera, y me dejaba a solas con ellos, para que me contaran cosas sobre su recién abierto restaurante, y que yo les contase a ellos sobre mi opinión y avatares de la cocina peruana. Menos mal que con mis meses en el país ya había aprendido algunas cositas, y pude añadir algunas frases manidas, del tipo “oh, sí, Perú, debido a contar con Sierra, Costa y Selva tiene una variedad de productos y platos envidiables, y se está exportando a…” o “Pues cuando en Lima asisití a una charla de Gastón Acurio…” (su cocinero más famoso, aunque después me enteré que no era a ese al que había escuchado, si no a otro).

Y bueno, lo más importante es que degusté su “ceviche” y “tiradito” (cosa que en Cuzco no había querido hacer, al estar a 3800 metros del nivel del mar,…aunque ellos me prometieron que era pescado fresco traído de Lima en avión, y de verdad estaba buenísimo). El ceviche es un plato de pescado crudo, hecho en jugo de limón (originariamente de maracuyá, que está más rico), y muchas veces acompañado con una salsa picante de ají. El tiradito es igual que el ceviche, pero sin cebolla. Limón, con pescado marinado. Buenísimos ambos.
Y ya que estamos, comentaremos otros de los platos de los que están más orgullosos los peruanos: El cuy, sí, ese conejillo de indias que te sirven entero en el plato, te pasas no se cuanto tiempo quitándole los huesecitos

(y tratando de no verle la cara al pobre animal, ni pensar cuánto se parece a una rata), y su sabor,…parecido al conejo, pero más amargo. No todo el mundo es capaz de probarlo.

Ají de gallina. Salsa de cacahuete molido, con harina, leche, ají y algo más, con trozos de pollo, que tiene muchísimo sabor, y después de todo no es tan picante.
Hay muchos otros platos, pero no me voy a poner a contarlos. Solo decir que al final mi crítica no debió ser mala, porque acabé haciendo varias más en otros restaurantes, y degustando muchas otras de sus comidas y bebidas (sobretodo el pisco sour) gratis.
Igor no se puede quejar, porque españoles y peruanos le echamos el mismo morro a la vida, y mi jefa lo invitaba a él también (bueno, lo invitaba a “venir”, porque quien nos invitaban eran los del restaurante, jeje).