sábado, 23 de octubre de 2010

Y cuando llegó el día de irnos...

Y cuando llegó el día de irnos de Cusco,… decidimos que nos quedábamos.

A mí se me presentó la oportunidad de poner en práctica lo aprendido, como profesora de Inglés en el colegio La Salle de allí ¿cómo desperdiciar la oportunidad?
Yuri, el director del proyecto Aldea Yanapay, se iba de vacaciones, y le pidió a Igor si podía quedarse como director de la escuela, durante 2 meses que él se iría de vacaciones.

Accedimos sin problemas, teníamos ganas de pararnos por unos meses en algún sitio.



“ Aldea Yanapay” (www.aldeayanapay.org) es un proyecto social emprendido y dirigido por un Cusqueño, Yuri, que trata de ofrecer una educación en valores y una alternativa de vida a muchos niños de las zonas más desfavorecidas de la ciudad del Cusco.

El proyecto, de momento cuenta con dos escuelitas, es independiente de cualquier ong, organización o empresa, y se financia con la ayuda de las ganancias del restaurante, y del hostal mágico (donde nos alojamos).



Allí, por las tardes se las enseña a los niños arte, se juega con ellos, y se les ayuda a hacer las tareas del cole, a interesarse por la lectura, o a reforzar las áreas escolares que peor llevan. Despues hay un "círculo de expresión", en el que los niños pueden expresarte libremente, y aprenden a respetar las opiniones de los otros. En la segunda parte de la tarde, los niños se reunen por "familias" (grupos de edades), y cada semana hay un tema que se trata, y mediante el cual se les enseña algo que no pueden aprender en la escuela ordinaria.


Por ejemplo, estas semanas estan aprendiendo sobre diferentes religiones. Los viernes los niños hacen un show mostrando lo que han aprendido durante la semana.

Pues bueno, volviendo a nuestra historia:

El director del proyecto, Yuri (Cusqueño, Peruano) llevaba 6 años trabajando sin parar, y por fin había ahorrado lo suficiente para cumplir su sueño de irse a Europa. Inocentemente, fue a la embajada Española, y se presentó diciendo que quería estar 2 meses de vacaciones por Europa,… “¿2 meses?¿cómo vamos a creer que un peruano tiene dinero para tales vacaciones?”

Y entre eso, y que no tenia un extracto de cuenta bancaria, le denegaron la visa, y así se le acabó el sueño,… hablando después con su abogado, le explicó que cómo se le ocurría decir la verdad, que tendría que haber pedido por 15 dias, y luego, en España, alargarlo tal vez….
En fín, que Yuri se quedó de piedra, y lo que es peor, en Latinoamérica, dándole vueltas a porqué ha de mentir, porqué simplemente por ser peruano, no tiene derecho a unas vacaciones, después de tantos años de trabajo.
Bueno pues, injusticias así hacen que uno se sienta avergonzado de ser del país del que es.

Y ya que estamos hablando de injusticias (¿o incompetencia? ¿o ambas?) española, comentar lo que le pasó a nuestro amigo chileno Carlos (que tan bien nos acogió en Valparaiso, especialmente ilusionado por recibir a una gallega): El consulado alemán le había dado el visado para Alemania, ya que había recibido una beca de una Universidad Alemana para ir allí a realizar un proyecto de investigación, y además había recibido un premio de España, e iba a recibirlo,… pues voló a Barajas, y allí (después de tratarlo malamente) lo deportaron, directo de regreso a su casa, ya que el policía de turno no entendió qué hacia en España, y le pareció “sospechoso” que después se fuese a Alemania.
En fín, que tal vez, antes, estando en Europa, no nos dábamos cuenta, porque no veíamos lo que pasaba desde el otro lado. Pero estar aquí te abre los ojos, y realmente duele ver esa prepotencia de los países del Norte (por supuesto, no creemos que sólo sea España), y ver a quíen le están negando la entrada, las estúpidas razones para ello, y, sobretodo, ¿CON QUÉ DERECHO?
Esperamos vuestras opiniones, y que esta entrada os haya hecho reflexionar, sobre la realidad del otro lado.

martes, 19 de octubre de 2010

Atrapados por Cusco

Pues al volver de Machu Pichu, nos despedimos de Belén, (tras una sesión de masaje, que nos ayudó a quitarnos las agujetas de la subida a Wayna Pichu). Belén se dirige hacia el norte, y esta vez nos sentimos un poco más acongojados, ya que intuimos que será la última vez que coincidamos en nuestro viaje.
Igor comienza a trabajar en el proyecto social Aldea Yanapay (www.aldeayanapay.org).



Este proyecto lo hemos conocido gracias a Juan, a quien conocimos con su novia Marta en Nazca, y nos contó cómo estaba participando en el voluntariado que encajaba a la perfección con nuestros intereses. Y es que parece increíble, pero es dificilísimo encontrar desde España (O Irlanda) una asociación, u ong en la que colaborar, y que no te pidan dinero (MUCHO dinero) por ello . ¿No os parece algo tonto, pagar por ayudar?



Tampoco queríamos comprometernos por meses, como pedían algunas, ya que sin tener ningún tipo de referencias, ni saber cómo nos íbamos a sentir, nos daba un poco de reparo.



Y por último, en muchas pedían currículums específicos, o experiencia en voluntariado, mientras que en Yanapay pedían ganas, simplemente, y mucho amor para dar.



Así pues, la idea inicial era que Igor participase las dos semanas que me quedaban para acabar el curso, y después ya veríamos que hacíamos. Como siempre, “el plan es que no hay plan”.
Mientras yo, valientemente continuaba mi curso para poder enseñar inglés como lengua extranjera, rodeada de 15 yanquis, una irlandesa y un inglés, osease, la única no-angloparlante,… imaginaros el panorama, se me hacia raro pensar “y estos pensarán,…cómo va a enseñar Inglés,…una que no lo habla correctamente?”,… pero lo más sorprendente fue ver que llegado a la hora de la gramática era yo quién les daba mil vueltas a ellos.
He aquí algo para reflexionar.

Ellos me decían “claro, es que tú estudiaste inglés, y sabes los tipos de
palabras, partes de las frases, estructuras, etc,…para nosotros es algo natural, por eso nos cuesta”.Sin embargo, también sé diferenciar los adjetivos de sustantivos, reconocer objetos directo y circunstancial en castellano, aun siendo mi lengua materna.

Estoy convencida de que por mucho que critiquemos el sistema educativo español, en ciertos aspectos, el del “primer país del mundo” (ejem) deja mucho más que desear.

Lo mejor de mi curso, a parte del método de enseñanza que me enseñaron, (en el que sólo puedes utilizar el idioma inglés, por muy básico que sea el nivel de los alumnos, tienes que hablar lo mínimo posible y y los estudiantes el máximo, etc), fue haber conocido a Greg, un loco estadounidense que había vivido en Asturias y se empeñaba en hablarme en bable, y que yo le hablase en gallego. ¡Qué risas con el Gregory!