viernes, 21 de mayo de 2010

El tramo final de la Austral - Puerto Tranquilo y la Catedral de Mármol

Subiendo otra vez hacia norte, como imagináis aun por la Carretera Austral, nos encontramos a 2 chicas y 5 niños haciendo dedo. Nos detenemos para explicarles que no podemos coger a tanta gente, su equipaje y el nuestro, pero su capacidad de persuasión es mayor "es que sino, tenemos que dormir aquí, y mañana no llegamos al colegio...y María tiene un examen".

Así que, por el bien del examen de María, vimos como la "tribu de los Braley" se las arreglaban para hacerse sitio en la parte trasera del coche.

De nuestra conversación, ambas partes salimos sorprendidas: Ellos, de cosas lejanas como que en España hubiese vacas lecheras (pero no dromedarios), y que coincidiésemos en hervir la leche recién ordeñada. A nosotros nos sorprendió que sólo hubiese "e1 bus del domingo", y que las dejase tiradas porque no había sitio, haciendo un huequito para el marido, que sí que se fue p9orque tenia que trabajar.Otra cosa que nos llamó la atención es que no tuviesen "chanchos" (cerdos) por la zona "porque son sucios".

Al llegar al pueblo-destino,Crochrane, 70 km de gravilla después, la familia nos invita a tomar mate y leche recién ordeñada en su casa. Además aprovechan para reírse de nosotros porque no sabemos el ritual que hay que seguir para tomar mate.(Solo decir "gracias" cuando no quieres mas, no pasar la "calabaza" sin terminar,etc).

Llegamos a Puerto Tranquilo, y después de una noche de mil estrellas y cientos de ladridos de perro, vimos un lindo amanecer a la orilla del lago. Nos dirigimos a ver el Monte San Valentín (el más alto de la Patagonia) y su Glaciar, disfrutando por el camino del misterio de su paisaje.

De vuelta, visitamos las Cuevas y la Catedral de Mármol, para lo cual un lugareño nos llevó en barca por el segundo lago más grande de Sudamérica, enseñándonos las increíbles formaciones rocosas que el viento y el agua han esculpido durante tantos años en la roca. Alucinante fue meternos con la barca entre los pasadizos, columnas y bóvedas, y más lo fue porque es otro de los hitos no contaminados (o bendecidos) por el turismo en Chile. En verano es un destino espectacular, ya que se recorre en kayak, pero ahora el agua está congelada!!

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